El entorno familiar de Miguel Ángel Coronado, de 23 años, enfrenta un profundo dolor luego de que el joven dejara de existir tras un hecho violento ocurrido en el ensanche Ozama, en Santo Domingo Este, momentos después de salir de un culto cristiano.
De acuerdo con los testimonios recopilados, Miguel Ángel había asistido al servicio religioso junto a su esposa y acompañaron a un amigo perteneciente a la congregación. En el trayecto de regreso, mientras circulaban por la avenida Ecológica, cerca de la Ciudad Juan Bosch, dos individuos a bordo de una motocicleta realizaron varias detonaciones que impactaron al joven, provocándole una grave lesión pulmonar.
Testigos indicaron que el proyectil afectó uno de sus pulmones, generándole una hemorragia que comprometió su capacidad respiratoria. A pesar de los esfuerzos por auxiliarlo y trasladarlo a un centro de salud cercano, perdió el aliento pocos minutos después del suceso, sin que los servicios de emergencia lograran estabilizarlo.
Vecinos y allegados expresaron consternación por lo ocurrido, describiendo a Miguel Ángel como una persona tranquila, dedicada a su familia y a la iglesia. Algunos residentes del sector señalaron que el incidente ha generado preocupación entre los feligreses y habitantes de la zona, quienes solicitan mayor presencia de las autoridades policiales en el área para evitar hechos similares.
Las autoridades competentes iniciaron las investigaciones correspondientes para determinar las circunstancias exactas del suceso y dar con los responsables. Según versiones preliminares, los individuos involucrados huyeron del lugar inmediatamente después de realizar la acción violenta.
El cuerpo de Miguel Ángel fue trasladado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) para los procedimientos de rigor. La comunidad del ensanche Ozama permanece a la espera de los avances de la investigación, mientras familiares y amigos preparan los actos de despedida para recordar su vida y su compromiso con la fe cristiana que profesaba.

