DE LO QUE NO TE ENTERASTE DEL CASO LLENAS AYBAR

Cada 3 de mayo, el país recuerda el asesinato del niño que marcó una generación.

El 3 de mayo sigue siendo una fecha marcada por el dolor para República Dominicana. Ese día, en 1996, fue asesinado José Rafael Llenas Aybar, un niño de 12 años cuyo caso continúa vivo en la memoria nacional.

José Rafael salió de su casa con ilusión. Le habían prometido asistir a una exhibición de motocicletas. No sabía que su primo Mario José Redondo Llenas planeaba otra cosa.

Junto a Juan Manuel Moliné Rodríguez, Redondo había preparado un secuestro que terminó en tragedia. Lo ataron y lo escondieron en el baúl de un vehículo.

El niño fue llevado hasta el arroyo Lebrón, en el kilómetro 13 de la autopista Duarte. Allí, lo asesinaron brutalmente con unas 32 puñaladas.

La mayoría de las heridas fueron en la nuca y la espalda. Redondo atacó mientras Moliné lo sujetaba. Luego llamaron falsamente a la madre del niño.

Le aseguraron que lo habían dejado en la Plaza Bolera, pero todo era una mentira. El niño nunca llegó allí.

Ileana Aybar, su madre, comenzó una búsqueda desesperada. Llamó a familiares, visitó lugares y recorrió supermercados esa noche sin descanso.

Uno de los asesinos incluso fingió ayudar, mientras el menor ya estaba muerto. La mañana siguiente, el cuerpo fue hallado por campesinos.

Estaba atado con cinta adhesiva, abandonado en el arroyo de Pedro Brand. El país entero quedó en shock por la crueldad del crimen.

Un papel con un número telefónico fue clave. Estaba en la mano del niño y condujo a la novia de Moliné, Kimberlyn Caldas Giráldez.

A partir de ahí, los culpables confesaron ante las cámaras. El crimen ya no tenía marcha atrás. La verdad era dolorosa y brutal.

Redondo Llenas luego vinculó a Martín Palmas Meccia y Luis Palmas, familiares de la embajadora argentina Teresa Meccia.

Esa conexión nunca fue comprobada judicialmente. Moliné siempre negó esa versión. Sin embargo, la sospecha quedó en la opinión pública.

Ambos autores fueron condenados. Redondo recibió 30 años. A Moliné le redujeron la pena a 20 años en apelación.

Cada año, la familia y el país entero recuerdan a José Rafael. Su caso marcó una época y se convirtió en símbolo de justicia y memoria colectiva.