En medio de un ambiente marcado por el dolor y la indignación, fueron sepultados este lunes los restos de Yostín Peralta, un niño de 10 años, en el cementerio San Vicente de Paúl, ubicado en el sector Los Mina. La ceremonia fúnebre reunió a familiares, amigos y comunitarios que acudieron para darle el último adiós a quien, según vecinos, era muy apreciado por la comunidad.
Yostín, quien estaba próximo a cumplir 11 años el 23 de octubre y tenía una condición especial, fue despedido en un acto cargado de pesar. Los presentes recordaron con afecto la cercanía del menor con su entorno, resaltando la huella que dejó entre quienes lo conocieron desde pequeño. En la jornada se reiteraron sentimientos de tristeza y exigencias de justicia tras su partida, recordando además su último deseo de un pastel de cumpleaños azul con blanco y una piscinada.

“Ese niño era querido por todos nosotros aquí en la comunidad. Estamos destrozados, pero a la vez sentimos rabia e impotencia”, expresó Melida Pérez, vecina que aseguró conocerlo desde su nacimiento. Relató además que la noticia de lo sucedido le ha provocado noches de insomnio. “Yo tengo dos días que no duermo desde que sucedió esta tragedia, nada más pensando en mis nietos”, añadió.
Por su parte, Rafael Green, presidente de la Junta de Vecinos de Los Mina, se unió al llamado de justicia. “Yo sé que la justicia divina hará su trabajo. Solo le pido a la terrenal que haga su trabajo y que caiga todo el peso de ley”, manifestó durante el sepelio, pidiendo que se apliquen medidas ejemplares en el proceso judicial que corresponde.

El hecho violento generó conmoción desde el sábado, cuando se reportó el rapto del niño. Según versiones, el señalado utilizó un helado para engañarlo y trasladarlo a otro lugar. Horas después, el menor fue localizado sin existencia en una zona boscosa del sector Los Pinos de Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte. El informe de la Subdirección de Investigaciones indicó que el cuerpo presentaba traumas en el cuello.
De acuerdo con los reportes oficiales, el detenido es José Antonio Glass, un exconvicto que había cumplido parte de una condena de 57 años impuesta en 2009 por hechos relacionados con un menor de edad. Tras la presunta acción, el informe señala que Glass regresó al sector en horas de la noche, como si nada hubiese ocurrido.

La Policía Científica, al levantar evidencias, recuperó la bola de baloncesto con la que jugaba el niño, además de un pantalón rojo, unas chancletas negras, un bolígrafo y unos pantaloncillos multicolor. Dichos objetos fueron incorporados a la investigación.
Se espera que este martes, a las nueve de la mañana, en el Palacio de Justicia de Santo Domingo Este, se conozca la solicitud de medida de coerción contra Glass. La audiencia se perfila como un momento clave en el seguimiento judicial de este caso que mantiene en vilo a toda la comunidad.

