LE CAYERON ARRIBA A DOS
|Vestidos de civil, algunos con el rostro cubierto y otros a cara descubierta, agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) realizaron una intervención este viernes en el Tribunal de Inmigración del sur de Manhattan, en la ciudad de Nueva York. La acción culminó con la detención de dos personas migrantes justo después de que concluyeran su primera comparecencia legal dentro de su proceso migratorio.
El operativo se llevó a cabo en el piso 12 del edificio judicial, donde los oficiales ingresaron sin previo aviso. En medio de la sorpresa de los presentes, se escucharon frases como “¡No se mueva!” y “¡No se resista!”, pronunciadas por los agentes mientras sujetaban a los dos hombres contra el suelo. El sonido de las esposas marcó el cierre de una escena que, para muchos testigos, representó el fin abrupto de sus expectativas de regularización.
Uno de los detenidos fue Joaquín Rosario, un joven de origen dominicano de 34 años, quien había llegado a Nueva York hace aproximadamente un año, luego de entregarse en la frontera. Según lo informado, Rosario acudió al tribunal sin representación legal y sin haber recibido advertencias previas, convencido de que se trataba de un trámite habitual dentro de su solicitud de asilo.
El segundo individuo, identificado solo por su apariencia asiática, también fue trasladado fuera del edificio bajo custodia de ICE. A pesar de que estaba acompañado por voluntarios pertenecientes a organizaciones defensoras de derechos humanos, estos no lograron intervenir para impedir su detención. Los agentes utilizaron los ascensores para retirarse, mientras otros asistentes observaban con desconcierto lo ocurrido.
“Esto nunca había pasado”, expresó en voz baja un agente de seguridad del edificio, también inmigrante, al referirse a lo sucedido.
Las detenciones han generado reacciones dentro y fuera del tribunal. Abogados, activistas y organizaciones comunitarias las calificaron como “intimidación directa” y advirtieron que podrían formar parte de una nueva táctica implementada luego de que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) revocara en enero las directrices que definían a los tribunales de inmigración como espacios seguros.
Este procedimiento ha sido comparado con el caso del joven venezolano Dylan López Contreras, detenido el 21 de mayo en condiciones similares. Sus representantes legales interpusieron un recurso de habeas corpus, señalando presuntas violaciones al debido proceso.
“Son secuestros ilegales”, denunció Karen Ortiz, funcionaria judicial y activista, durante una manifestación que tuvo lugar frente al edificio del tribunal. “Estamos en un momento crítico, debemos alzar la voz y ponernos entre los agentes del ICE y las personas que vienen a ejercer su derecho de defensa”.
Desde que Donald Trump asumió nuevamente la presidencia en enero, su gobierno ha adoptado medidas más estrictas en relación con la inmigración. En los primeros cinco meses de su gestión, se han realizado múltiples operativos en distintas localidades, se han restringido entradas a personas de 19 países y se han eliminado permisos temporales a más de 500,000 ciudadanos provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
Como resultado de estas acciones, muchas personas migrantes han comenzado a expresar temor de acudir a sus citas legales, debido al riesgo de ser detenidas en lugares que antes eran considerados como seguros dentro del proceso judicial migratorio.