LO QUE NO SABÍAS DE CHUQUITO
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Chuquito, de 15 años, muere en circunstancias violentas tras una vida marcada por la marginalidad.
Un adolescente conocido como Chuquito perdió la vida de manera violenta luego de haber sido buscado por las autoridades en la República Dominicana. Tenía apenas 15 años cuando sucedió el hecho. Su historia ha sido narrada en una serie documental que expone los detalles de su vida, su entorno y los hechos que condujeron a su fallecimiento.
El padrastro del joven ofreció una entrevista desde el cementerio Cristo Redentor, donde actualmente descansan sus restos. Durante la conversación, compartió aspectos poco conocidos sobre Chuquito. También participó la madre del menor anteriormente, en el primer capítulo, quien describió al joven como alguien con gran carisma, inteligencia destacada y habilidades especiales, características que, lamentablemente, no pudieron ser encaminadas de forma positiva.
“Yo no sabía. No pensaba que era de tal magnitud. Cuando vi los videos dije, wao, el hombre anda duro”, expresó el padrastro, al referirse a las acciones del menor que conoció por redes sociales y otros medios.
Aunque el deceso de Chuquito ocurrió hace aproximadamente un año, su caso ha retomado relevancia a raíz de la publicación del documental. Esta producción se enfoca en comprender las causas de su conducta y resaltar los riesgos que enfrentan los jóvenes en contextos similares.
Los hechos que marcaron su trayectoria se desarrollaron en diferentes sectores de Santo Domingo, como Villajuana, Boca Chica, Villamella y los Kilómetros. Lugares donde, según se indicó, el joven se movía con regularidad. Su tumba está en el cementerio Cristo Redentor, sitio en el que reposan figuras conocidas por su vinculación al crimen en el país.
El documental retrata la historia de Chuquito como representativa de muchos otros jóvenes que viven en condiciones vulnerables, expuestos a la violencia, al abuso y a la falta de oportunidades. Se detalla que el menor destacaba en el deporte, fabricaba sus propias cometas (chichiguas) y mostraba una gran capacidad para aprender por observación, pero fue influenciado por un entorno desfavorable.
Según el relato de su padrastro, el abandono parcial, los abusos sufridos en la niñez y la carencia de una guía continua influyeron en sus decisiones. A pesar de intentos familiares por apartarlo del crimen, la familia no anticipó el nivel de implicación que tenía hasta que surgieron videos y fotos sobre su participación en hechos delictivos.
“El camino de la calle no tiene retorno. Que nadie se deje engañar por la adrenalina o la aparente gloria del bajo mundo. Es una trampa mortal”, advirtió su padrastro, quien además cuestionó que un menor haya sido ejecutado en vez de ser detenido. Reiteró que la justicia debe aplicarse con equidad, sin dejar de lado la condición de edad.
Tras su fallecimiento, el joven ha sido mencionado en canciones, videos y publicaciones digitales. No obstante, el propósito del documental, según sus creadores, es mostrar de forma cruda y realista el precio de una vida en el crimen y sus consecuencias irreversibles.
La experiencia del padrastro, quien también vivió un pasado similar y logró cambiar tras cumplir una pena de prisión, sirve de punto de reflexión en la narrativa. Indica que muchos jóvenes no encuentran salidas visibles porque el entorno los condiciona y termina atrapándolos.
El caso de Chuquito pone en evidencia los efectos de la pobreza, la violencia y la falta de atención institucional en la vida de la juventud dominicana. Su historia queda como testimonio de lo que puede ocurrir cuando fallan los pilares fundamentales del desarrollo de un menor.