LO QUE REALMENTE SUCEDIÓ

El exintegrante de la Policía Nacional y actual predicador cristiano, Rubén Uceta, expresó su inquietud ante la divulgación de un video que muestra una situación de alta tensión entre un mayor de la institución y una patrulla, frente a un destacamento ubicado en el sector Invivienda.

Uceta, quien ha sido un defensor de los derechos humanos y crítico de prácticas inapropiadas dentro del cuerpo del orden, señaló que lo ocurrido representa una “profunda falta de respeto institucional” y una señal clara de problemas internos que afectan los valores de la entidad.

Según explicó, el altercado se habría originado cuando una patrulla acudió a un negocio propiedad del mayoraparentemente con el objetivo de hacer cumplir el horario de cierre establecido por las autoridades.

Durante esa intervención, se habrían empleado mecanismos de control que desencadenaron una fuerte reacción por parte del oficial superior, quien, de acuerdo con Uceta, ya había tenido desacuerdos previos con otros agentes.

“Ese mayor tiene 51 años, con décadas de servicio, y lo que ocurrió con él fue una desproporción evidente que nunca debió llegar tan lejos”, manifestó Uceta, resaltando su preocupación por el trato recibido por el veterano oficial.

Uceta dirigió críticas puntuales hacia un teniente apodado “Doble 60”, de apellido Linares, a quien señaló por haber actuado de manera innecesariamente estricta. A su juicio, esa actitud contrasta con la forma en que el mismo agente ha manejado situaciones similares con personas con historial delictivo.

“Cuando se trata de personas realmente peligrosas, vemos muchas veces pasividad. Pero cuando se trata de uno de los suyos, se actúa con excesiva dureza. ¿Dónde está la coherencia?”, cuestionó el exmiembro de la Policía.

Pidió a las autoridades competentes que inicien una investigación completa y objetiva, tomando en cuenta tanto el contexto previo como la relación entre los involucrados. Uceta también enfatizó la importancia de fortalecer el respeto mutuo dentro de la institución, como base fundamental para un cuerpo más sólido y justo.

Además, expresó su inconformidad con la forma en que se ha manejado la información del caso:
“No se puede emitir juicio sin haber agotado un proceso serio. La institución necesita urgentemente fortalecer su cultura de respeto, tanto hacia los ciudadanos como dentro de sus propias filas”, señaló con firmeza.

Para Uceta, lo sucedido en Invivienda no debe verse como un hecho aislado, sino como una muestra de un problema más amplio que requiere soluciones estructurales. “Lo ocurrido en Invivienda no es un simple incidente, es un reflejo de una crisis estructural que debe ser atendida cuanto antes”, concluyó.